amor a muerte


Muera la pereza. Mueran el odio, el rencor y la avaricia. Mueran las picaduras de mosquito, la comida entre los dientes y los bolardos de Malasaña. Mueran el ego del creativo, las voces irritantes y los tics nerviosos. Mueran la resaca, el auto-corrector y el zumbido de las moscas. Las lavadoras que comen calcetines y los vaqueros que se dan de sí. El café laxante. Mueran los bordes, los idiotas y los malos. Los quieroynopuedo, los gritones, testarudos y criticones. Mueran las injusticias y los injustos. Las sábanas cortas y las camas pequeñas. Mueran las mentiras, los ruiditos de padre y los tuppers aceitosos. Muera la burocracia, la ortodoncia y el acné. Los que marginan y los que no tienen corazón. Pero el sentimiento, el sentimiento que nunca muera.