bienvenida al mundo, #over


Es una niña preciosa, susurra la comadrona dejándosela en el pecho de su madre, exhausta de tanto empujar. ¿Ya tiene nombre?, le pregunta. Sí, responde la madre: se llamará #Over. ¿Over? Repite ella, extrañada. No, #Over, con hashtag, para que quien la busque, la encuentre. #Over crecerá en un mundo en el que no es no, y sí es sí. En el que ni tú eres tan mío, ni yo soy tan tuya. Y la desaparición de las ce haches de chistes machistas desmontará estas palabras tan feas para siempre.
En el mundo de #Over, seguirá habiendo burocracia, atascos latosos y mentiras cochinas. Guisantes y col lombarda. Resaca y auto-corrector. Pero los icónicos arcoíris brillarán sin necesidad de lluvia y los burros se relegarán en sus manadas. Seguirán brotando los celos infundados y la alergia en primavera pero caerán las hojas viejas de los árboles y nacerán tallos más justos, más honestos y más feministas. Las picaduras de mosquito picarán y las lavadoras se comerán los calcetines pero no habrá distinción por anillo en el dedo, embrión en el vientre o reducción de jornada. En el mundo de #Over, no solo las películas y las series serán el reflejo de una generación que se construye en igualdad, también lo hará la voz de las marcas y las ideas que dan luz a la publicidad.
#Over podría estar naciendo en este preciso instante, por eso este relato no termina con punto, porque su historia, la historia de #Over, no ha hecho más que empezar